Turismo Carretera

Cuando el TC corrió con reducción de cargas en Termas

El 19 de mayo de 2013, el Turismo Carretera disputó una carrera con reducción de cargas aerodinámicas. La intención fue mejorar los espectáculos, pero el proyecto duró lo que un suspiro. Acá te contamos la historia.

La 6ª fecha del campeonato de Turismo Carretera 2013 que se disputó en Termas de Río Hondo quedó en el recuerdo porque ese fin de semana los autos de TC y TC Pista corrieron con reducción de cargas aerodinámicas. Fue una prueba que llevó a cabo la ACTC con el objetivo de mejorar los espectáculos en pista. Sin embargo el proyecto no próspero. Fue debut y despedida.

“Va a ser una carrera, una prueba nada más. Al menos en principio, después veremos. Nadie va a perder tanto si en esa carrera las cosas no salen como queremos y se desbalancea la categoría. Será una prueba para ver qué ocurre, si sale mal habrá sido un intento para buscar el camino”, advirtió en aquel entonces Oscar Aventin, presidente de la ACTC, y “autor intelectual” del proyecto.

Para esa 6ª fecha, tanto los autos de TC como los de TC Pista corrieron con reducción de cargas delanteras y traseras. Se les quitó el splitter ubicado debajo de la trompa y el spoiler trasero. ¿El objetivo? Contar con autos más indóciles a la hora de frenar y doblar para que se pudieran generar más sobrepasos en la lucha por la punta.

La trompa de un auto de TC sin el splitter.
El Chevrolet de Gastón Mazzacane sin el splitter debajo de la trompa. (J. Marchesin/SoloTC)

Los Ford y Torino mantuvieron el deflector en el techo. A su vez, los autos del Óvalo también conservaron la “cola de pato” que les aportaba carga aerodinámica. Los Chevrolet, al tener la cola más angosta y corta que Ford y Dodge, perdieron sustentabilidad. En tanto que Dodge, con una cola más larga y ancha, fue la marca que menos kilos de carga perdió con respecto al resto.

Según los especialistas, los coches sin cargas ganaron 9 km/h de velocidad final ya que se redujo la resistencia al avance, aunque obligó a los pilotos a frenar antes con respecto a un auto con cargas. El tránsito en las horquillas y virajes de baja velocidad fue muy similar en las 2 condiciones. Sin embargo, en los curvones y curvas rápidas perdieron velocidad sin las cargas.

Cola del Dodge sin cargas
Por la dimensión de la cola, Dodge fue la marca que menos carga perdió con respecto a las demás. (J. Marchesin/SoloTC)

En el aspecto deportivo, la medida pareció causar efecto ya que la carrera de Termas fue una de las más entretenidas del campeonato. Mauro Giallombardo y Mariano Werner le dieron el 1-2 a Ford, seguidos por los Torino de Josito Di Palma y Martín Ponte. José María López, que había largado 1º con el Dodge, cayó al 9º puesto. Mientras que Jonatan Castellano (Dodge), que lideró parte de la prueba, abandonó por la rotura del motor.

En contrapunto, apareció el temido desbalance reglamentario, con Chevrolet como la marca más perjudicada. “Los Chevrolet vamos a desaparecer”, advirtió Alberto Canapino. “Lo que más le duele a Chevrolet es la carga trasera. Si no se revierte la situación no existimos”, agregó Guillermo Kissling.

Efectivamente, la marca del moño dorado, que venía de ganar 2 de las 5 Finales anteriores, quedó muy lejos de la lucha por los puestos de vanguardia. En clasificación, el mejor fue Sergio Alaux, que quedó 20º a casi 1 segundo medio del poleman Pechito López. Mientras que en la Final, Mariano Altuna se ubicó en el 19º lugar.

Pelotón del TC en Termas 2013.
Giallombardo le ganó la largada a Pechito López. Le dio el 1-2 a Ford que completó Werner. (J. Marchesin/SoloTC)

Pero además de la cuestión reglamentaria, muchos pilotos advirtieron el riesgo que suponía correr con autos muchos más indóciles a los que estaban acostumbrados a manejar. “Hay que ser más cautos y no ir tanto al límite como hacíamos antes”, afirmó Werner. “Hacer un trompo y que el auto quede cruzado en la pista es más factible. Van desequilibrados, es difícil manejarlos en esa condición”, agregó Emiliano Spataro. “Sabíamos que el mayor efecto iba a ser la ida de cola. En este circuito no es preocupante porque es seguro, ¿pero qué va a pasar en Rafaela”, advirtió Juan Manuel Silva.

Más allá que en principio el proyecto era a largo plazo, la dirigencia optó por no correr riesgos y volver todo para atrás. La disparidad de rendimiento entre las marcas, con los Dodge que asomaban como los nuevos “cucos” y los Chevrolet en el “fondo del mar”, más el riesgo a que se generaran accidentes graves fueron 2 motivos suficientes para ponerle fin a la experiencia de intentar volver al TC de los ’90.

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