Historia

TC: el Barracuda, el mejor auto de Pairetti

Lo utilizó durante 18 carreras entre 1967 y 1968. Decidió su compra mientras se reponía de “la piña más grande de mi vida” y lo dejó de lado por la prohibición de las carreras en ruta, a raíz de la trágica Vuelta de Balcarce-Lobería. En esta nota te contamos el aporte del Plymouth-Chevrolet al único título de Turismo Carretera de Carlos Pairetti.

Qué auto lindo que era el Barracuda. El Trueno Naranja fue un coche bárbaro y resultó un éxito total, pero el Barracuda fue mi mejor auto”, dijo alguna vez Carlos Alberto Pairetti. El arrecifeño fue campeón de Turismo Carretera en 1968 con el Fast-Chevrolet, pero siempre destacó las bondades del Plymouth Barracuda, equipado con un motor Chevrolet, que realizó un aporte significativo para la consagración. 

Pairetti utilizó el Barracuda en 18 carreras entre 1967 y 1968. Lo compró mientras se reponía de “la piña más grande de mi vida”, ocurrida el 7 de mayo de 1967 en el óvalo de Rafaela, a raíz de la rotura de un elemento de la suspensión trasera de la coupé Chevrolet. Y lo dejó de lado por la prohibición de las carreras en ruta en 1968, a raíz de la trágica Vuelta de Balcarce-Lobería de ese año, para darle paso al Trueno Naranja.

El accidente en el circuito santafesino le ocasionó la luxación de la columna a la altura de la 4ª y 5ª vértebras cervicales. Durante los 45 días que estuvo internado, Pairetti se convenció de que tenía que cambiar de máquina. “Aunque no se hubiese destruido, no creo que hubiese continuado con la coupé Chevrolet. Había coches mucho más modernos que nos hacían diferencias”, explicó Carlitos. . 

Por eso, aún en el hospital, llamó a Vicente Formisano y le compró el auto que el piloto y constructor había utilizado en el Gran Premio de 1966. Era un Plymouth Barracuda de 1965, que se caracterizaba por su diseño aerodinámico en el frente y el estilo “fastback truncado” del sector posterior. Estaba equipado con un motor Slant Six que Pairetti cambió por un 4 bancadas de Chevrolet

Los comienzos del Barracuda

La 1ª carrera de Pairetti con el Barracuda fue la Vuelta de Salto, el 30 de julio de 1967. Habían pasado 83 días desde el accidente en Rafaela. Un balancín lo obligó a desertar pero tuvo revancha rápidamente, ya que 7 días después se impuso en los duros caminos de la Vuelta de Hughes, donde postergó a Norberto Polinori (Chevrolet) y César Malnatti (Torino). 

Si no se rompió ese día, no se rompe más. Aguantó muy bien todos los saltos de los lomos de burro. La carrocería era bárbara. Pensar que los otros autos que tuve siempre tenían alguna rajadura o había que soldarles algo después de las carreras”, comentó Il Matto. 

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El 1º triunfo del Barracuda llegó en su 2ª carrera: la Vuelta de Hughes de 1967. (Rubén Negro López/Historia TC)

Haciendo honor a su apodo, el arrecifeño afrontó aquella competencia con un corsé de yeso en la columna vertebral. “Me compré una que era dos talles más grandes porque no te dejaban correr enyesado. Antes de llegar al parque cerrado el ‘Laucha’ Ríos me ayudó a sacármelo porque si me lo veían me hubiesen sancionado”, contaría. 

El 17 de septiembre de 1967 Pairetti obtuvo su 2º triunfo con el Barracuda. Fue en la Vuelta de Olavarría, donde prevaleció en la lucha con la “Coloradita” de Juan Manuel Bordeu (Chevrolet) pese a un problema eléctrico en el motor que preparaba Rubén Aied.

El Barracuda y sus últimas funciones

Ya equipado con un motor Chevrolet de 7 bancadas, Carlos Pairetti consiguió su 3ª y última victoria con el Barracuda en la Vuelta Balcarce–Lobería, el 28 de abril de 1968. El 13º triunfo del arrecifeño en el TC coincidió con una de las jornadas más luctuosas en la historia de la categoría. La competencia dejó un saldo de 7 muertos, entre ellos los pilotos Jorge Kissling y Segundo Taraborelli, sus acompañantes Enrique Duplán y Hugo Bonavento y 3 espectadores. Además, hubo 13 personas del público heridas.

Esta tragedia tuvo como consecuencia la prohibición de las carreras en ruta –la Vuelta de Allen resultó la excepción– hasta el final de la temporada en los autódromos. Así como el accidente de Rafaela 1967 “le dio vida” al Barracuda, el de Balcarce-Lobería marcó el principio del fin para el auto blanquiazul, con el que disputaría 2 competencias más

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 “Sabía que era una herramienta acorde a lo que demandaba la época”, dijo Pairetti sobre el Barracuda. (Automundo)

El Barracuda andaba una maravilla. Era un gran auto, muy sólido. Yo lo maltrataba pero resistía todo. Lo malo era que en los autódromos no tenía ninguna posibilidad. Ahí decidí que tenía que cambiar de auto para seguir en la pelea. Yo quería un coche ganador para seguir siendo protagonista y el Barracuda ya había cumplido su ciclo”, recordó Pairetti.  

El único título del Il Matto en Turismo Carretera está asociado al Trueno Naranja, que concretó su aparición el 23 de junio de ese año, en el Autódromo de Buenos Aires. Sin embargo, el Barracuda hizo un valioso aporte a aquella consagración del arrecifeño en 1968. De hecho, de los 38 puntos que sumó Pairetti, 12 fueron con el Barracuda.

 Carlos Pairetti utilizó el Barracuda en 18 carreras: 13 en 1967 y 5 en 1968. La 1ª participación del arrecifeño con este auto fue el 30 de julio de 1967 en la Vuelta de Salto, donde abandonó. Y la última fue el 19 de mayo de 1968 en el óvalo de Rafaela, donde terminó 3º.  En total, logró 3 victorias (Hughes y Olvarría 1967 y Balcarce-Lobería 1968) y otros 2 podios (2º en Tres Arroyos 1967 y 3º en Rafaela 1968).

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Pairetti cruza la meta como ganador de la Vuelta de Balcarce-Lobería de 1968. (Dany Santiago/ Historia TC)

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