Ponce de León: “Cambió el panorama en todo sentido”
El piloto de Ford analizó con SoloTC el escenario impuesto por el COVID-19 en los distintos aspectos que hacen al Turismo Carretera y dio detalles sobre el cambio de motorización que hizo.
Gabriel Ponce de León (41 años) tomó una decisión importante luego de la 2ª y última fecha de Turismo Carretera disputada hasta el momento: cambiar el proveedor de motores, tras abandonar en Viedma y en Centenario por problemas con el multiválvulas que le preparaba Fabián Giustozzi. La atención ahora recayó en los hermanos Próspero y Nicolás Bonelli, que ya tienen el impulsor en el taller de Concepción del Uruguay.
“Decidimos que los hermanos Bonelli se ocupen de los motores. Lo quise hacer el año pasado, pero ellos estaban complicados. La experiencia en Termas de Río Hondo de 2019 con sus motores fue muy buena (NdeR.: finalizó 6º la Final). Buscamos que funcione bien, y, sobre todo, conseguir confiabilidad. Hoy en el Turismo Carretera es difícil recuperarse de los abandonos”, le contó Ponce de León a SoloTC.
El subcampeón 2010 de TC contó que se creó un grupo de WhatsApp con los pilotos para que el doctor de la ACTC, Rodolfo Balinotti, los mantenga al día sobre el COVID-19, de los avances que hubo y de los cuidados que deben tener. “De la parte deportiva la información es mínima porque de lo que más se está hablando es del virus”, aclara el juninense.
Como todos, Ponce de León está cumpliendo con el aislamiento social, preventivo y obligatorio y hace 32 días que no va al taller familiar para tener contacto con su Ford de TC. “Si queremos que esto mejore, hay que cuidarse, cumplir con lo que nos piden. Acá en Junín está todo un poco más controlado porque hay menos gente que, por ejemplo, en Buenos Aires. La ciudad decidió cerrar algunos pasos y accesos, y para transitar hay que tener un permiso. Como el taller nos queda del otro lado y los trabajos en el auto están avanzados prefiero no salir”, dice.
En este contexto, cómo les repercute a ustedes esta situación dado que son en equipo familiar.
– Para nosotros es un beneficio no tener empleados. Nos podemos manejar de una mejor manera. No tengo dudas de que en una estructura más grande la situación debe ser bastante más complicada porque tiene sus obligaciones con los empleados y con algunos proveedores. Y si bien nuestra familia vive de esto también, priorizamos tener la mejor salud posible y por eso cumplimos con los cuidados. Por supuesto que queremos que haya carreras cuanto antes, pero si se tiene que demorar un tiempo más no va a cambiar.
Probablemente no sea un campeonato normal por las fechas que se han suspendido y porque hay que ver qué carreras se mantienen.
– Sí, sin dudas, cambió el panorama en todo sentido. Uno se pone en el lugar de la categoría y no debe ser para nada fácil porque tenía todo el calendario cerrado. Ojalá que las complicaciones sean las menores posibles y que se pueda reactivar de a poco todo; no solamente desde el lado de los pilotos o equipos, hay mucha gente que vive del automovilismo y que por ahí no tienen durante la semana otro sostén, otro trabajo y su único ingreso es lo que se produce el fin de semana. Esa gente hoy la está pasando mal.
En el aspecto presupuestario, ¿te preocupa qué pueda llegar a pasar?
– Hoy la mayoría de las empresas no están trabajando y, por ende, no generan ingresos. Toda la parte del automovilismo está parada, salvo las empresas vinculadas al campo que siguen, pero con un movimiento mucho menor. A mí eso me preocupa, pensando lo que pueda llegar a venir después. Cuando todo se empiece a reactivar habrá que ver en qué estado están las empresas y si van a poder seguir publicitando en un auto de carrera; eso puede llegar a complicar en un futuro.