Historia

El Monito y su histórica victoria de la mano de Bordeu

Construido sobre la base de un Bergantín y el diseño de La Garrafa de Vianini, este prototipo Chevrolet quedó en la historia del Turismo Carretera al ganar las 100 Vueltas Shell el 28 de julio de 1968.

El Monito no fue un auto emblemático como La Galera de los Emiliozzi, el Tractor de Casá o el Trueno Naranja de Pairetti, por citar alguno de los tantos ejemplos. Es más, sus participaciones en el Turismo Carretera fueron pocas. Pero si hay algo que comparte con estos “históricos” es el hecho de haber alcanzando al menos 1 victoria en la “máxima”.

Fue exactamente el 28 de julio de 1968, en las 100 Vueltas Shell. Una carrera que se disputó en el autódromo de Buenos Aires, definida por suma de tiempos. Competencia que finalmente ganó Juan Manuel Bordeu, tripulando este prototipo Chevrolet, construido sobre la base de  un Bergantín con motor Chevrolet 250, por 5 hermanos de apellido González.

En una época donde los prototipos ya se habían instalado definitivamente en el Turismo Carretera. Resultaba muy habitual ver en cada carrera la aparición de nuevos modelos. De hecho, aquel fin de semana, Bordeu se trenzó –entre otros tantos duelos- con el debutante Carlos Reutemann. El Lole desembarcó con un Ford al que inicialmente bautizaron como Mini Falcon. Luego popularmente conocido como Falcon Angostado.

Según el relato de una crónica de la revista Primera Plana, publicada el 6 de agosto de 1968, los hermanos González, de profesión chapistas, le pidieron por favor a Bordeu que maneje el auto. “Se lo prestamos, córralo, por favor”, le dijeron. “No podía entender –recordó Bordeu- semejante desprendimiento. La responsabilidad era  muy grande”.

Autos prototipos en una carrera de TC en Buenos Aires.
Pairetti, Bordeu y Copello en la largada de las 100 Vueltas Shell de 1968. (Historia TC)

El Monito debutó el 23 de junio en las 250 Millas disputada en el autódromo porteño. Pero el estreno fue con abandono. “Vuélvalo a correr”, le pidieron los González. Maneco tampoco pudo decirles que no. El auto, que se construyó con un diseño similar al de la Garrafa de Andrea Vianini, entraría en la historia del TC.

Aquel domingo de fines de julio ante un autódromo colmado de público, el piloto balcarceño se lució frente a Trueno Naranja, La Garrafa, las Liebres de Berta y el novedoso Falcon Angostado. Ganó la competencia por suma de tiempos, completando los 100 giros, por menos de 1 minuto de diferencia sobre Pairetti.

Ese domingo, Juan Manuel Bordeu, el piloto que había sido apadrinado nada menos que por Juan Manuel Fangio,  alcanzó su 17º triunfo con Chevrolet, años después llegarían 4 más con Dodge. Ya debajo del auto, con la serenidad que lo caracterizaba, expresó: “el coche, aun con defectos, como todos los coches, anda fantásticamente”. El Monito había quedado en la historia.

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