Damián Gallo, una vida entera dedicada al Turismo Carretera
De copiloto de Osvaldo Duarte a actual jefe de taller del Dole Racing. Entró al Turismo Carretera a los 12 años y no se fue más. Una gran historia que merecía ser contada.
Damián Gallo (51 años) lleva su vida entera ligada al Turismo Carretera. De sus visitas de niño al taller de Juan Carlos Deambrosi a copiloto de Eduardo Duarte. De ayudante en el taller de Jorge Perdesoli y Omar Wilke a este presente como encargado de taller del Coiro Dole Racing. A su vez, oficia de ingeniero de pista de Gastón Mazzacane en el Turismo Carretera y TC Pick Up. La misma función cumple con Humberto Krujoski en el TC Pista y Lucas Vicino en el TC Mouras. Pero su historia en la “máxima” es mucho más amplia. Y no es para menos, porque se metió en este apasionante mundo con apenas 12 años.
Los fierros le tiraban desde muy chico. Una pasión que absorbió de su papá quien los domingos bien temprano, con la radio de fondo y un cronometro en la mano, gatillaba mientras seguía el top del avión para saber quién iba ganando. Durante la semana, salía del colegio María Reina en Morón, comía rápido y se iba al taller de Juan Carlos Deambrosi que estaba a 2 cuadras de su casa.
“Iba a barrer, cebar mate, hacer las compras…Cada tanto me dejaban limpiar el auto, y para mí era la gloria”, contó. Los miércoles, en la casa de quien fue presidente de la ACTC, se organizaban las cenas de la peña. Damián era el encargado de poner la mesa y lavar los platos. De ahí le quedó el apodo “Por Hora”, en alusión a un sketch televisivo donde una mujer trabajaba limpiando por hora en una casa.
“En esa época todos me conocían con ese apodo. De hecho, si hoy le preguntás a Jorge Pedersoli o Hugo Mazzacane, ellos me conocen por ese apodo. El mismo Roberto Mouras, que era un tipo muy correcto, a veces me llamaba así cuando me veía en el taller. Y para mí era un orgullo, imaginate que estos monstruos me hablen y me reconozcan”, explicó.
El secundario lo inició en el famoso Chacabuco, un colegio industrial de la zona oeste del conurbano bonaerense. Pero no llegó a terminarlo. “Es algo de lo que hoy me arrepiento, pero en esa época ya estaba trabajando en el taller, y entre las carreras y las pruebas no me daba el tiempo. Faltaba mucho y terminé quedando libre”, contó.
De la mano de Deambrosi entró definitivamente en el mundo del TC. Luego, tras el retiro del piloto de Morón, se quedó trabajando en el mismo taller junto a Amadeo “Huevo” González, histórico copiloto de Mouras que perdió la vida junto al Toro en aquél fatídico accidente del 22 de noviembre de 1992 en Lobos. Allí atendían a los autos de Duarte y Tony Aventin. “Pero duramos poquito ahí, porque Huevo se fue a la colimba y se desarmó el taller”, recordó.
No obstante, siguió trabajando con Duarte en un taller que el piloto armó en Ituzaingó. “En esa época con Duarte, nosotros hacíamos el auto y Pedersoli el motor. Pero Peluca había puesto como condición que alguien vaya a su taller a desarmarle el motor, limpiar las piezas y acomodarlas en la estantería. Y ese trabajo la mayoría de las veces lo hacía yo. Y mientras estaba ahí ayudaba en el motor de Mouras. Después estuvimos con Wilke y lo mismo, había que ir a su taller a hacer ese trabajo”, explicó Gallo.
De esos años atesora los días en los que participaba de las pruebas que hacían Roberto Mouras y Osvaldo Morresi en la ruta. “Algunas veces me subía con ellos, iba en el mismo auto con tipos que eran próceres del TC, ¿me entendés? Lo loco es que como convivía con ellos todo el tiempo, no lograba dimensionar lo que representaban para el automovilismo. Lo mismo me pasó cuando estuve con Guille Ortelli. Si lo comparás con el fútbol, estuve al lado de Maradona, Messi y Ronaldinho. Soy un agradecido”, aseguró.
Gallo también recuerda situaciones de las “feas”, como el día que se salvó de milagro luego de volcar con Duarte en la Vuelta de San Lorenzo (Santa Fe), el 8 de noviembre de 1992. “Ese día volvimos a nacer los 2. Volcamos luego de romper una goma. Fue una carrera antes del accidente que se llevó a Mouras y Huevo González en Lobos. Nadie era consciente realmente del peligro que corríamos”, aseguró.
Dos años más tarde, en diciembre de 1994, Duarte decidió retirarse de la actividad. “Nos dejó el taller armado junto a Juan Carlos Martínez, un amigo personal suyo. Ahí nos independizamos y empezamos a hacer autos de carrera. Estuve ahí 10 años. Hicimos autos de TC, GTA, Pick Up Series y Top Race. Después me incorporé al equipo de Juan Manuel Paparella en el TC Pista”, detalló.
En 2009 pasó a trabajar con Emiliano Spataro, y en 2010 inició su camino en la escudería de los hermanos Jakos. En total lleva 39 años en el Turismo Carretera. Incluso, el mismo Mazzacane, lo chicanea diciéndole que es uno de los más viejos en el ambiente. Para él, que creció amando al Turismo Carretera, es un motivo más para sentirse orgulloso.
En definitiva, y más allá de los sacrificios que implican formar parte de esta actividad, Damián asegura que se va a quedar en el Turismo Carretera hasta que le dé el cuerpo. “Es que yo armé gran parte de mi historia acá adentro. ¿Qué otra cosa voy a hacer, si esto es mi vida?”.
Aclaración: Esta nota originalmente fue ilustrada con la épica foto del copiloto de Osvaldo Duarte sentado sobre la parte delantera del Chevrolet accionando el acelerador en la serie de Lobos en 1990. El protagonista de esta nota había certificado que se trataba de él y dio detalles de la situación, pero en realidad -a través de distintos llamados que recibimos- pudimos comprobar que se trata de Germán Lotito. Por eso la foto fue reemplazada. Disculpas a nuestros lectores.