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Rafael Balestrini, perfil de un creador

Rafael Balestrini fue un reconocido preparador de motores de competición que trabajó con los principales pilotos y equipos de Turismo Carretera y del automovilismo nacional. Dueño de un bajo perfil, trabajó con los mejores. Falleció el 24 de abril, a sus 81 años.

El jueves 24 de abril, a sus 81 años, falleció Rafael Balestrini, reconocido preparador de motores de competición que trabajó con los principales pilotos y equipos de Turismo Carretera, colocó sus piezas en los impulsores de varios campeones de la “máxima” y hasta hace muy poco asesoró a motoristas. Su apellido estuvo fuertemente ligado al automovilismo argentino y al TC, donde en la década del ’90 brilló con una seguidilla de títulos proveyendo de piezas a Juan María Traverso, Walter Hernández y Oscar Aventin. 

El bajo perfil de Balestrini no sirvió para esconder la silenciosa trascendencia que tuvo este hombre en el automovilismo nacional. Es que durante años salieron desde su taller piezas y elementos para los motores de las principales categorías del país. Y como no podía ser de otra manera, la “máxima” ocupó una porción importante dentro del currículum de este preparador que heredó la pasión de su padre Pedro.

El primer recuerdo que tengo relacionado a nuestro trabajo con el TC es cuando mi viejo preparó parte de las tapas de cilindro que llevó el Chevitú de José Froilán González a comienzo de los ‘60. Y luego de eso diseñó la famosa tapa de 12 bocas a mediados de esa década…”, le contó Balestrini a SoloTC, en una entrevista publicada en la edición N°48 de la revista en 2007. 

Entrevista a Balestrini en SoloTC.
Entrevista publicada en la edición N°48 de la revista SoloTC en 2007.

Por ese entonces tenía 18 años y hacía ya unos cuantos que trabajaba en el taller de mecanizado que aún hoy mantiene. Allí forjó sus cualidades para la preparación de piezas pese a la negativa de su padre, quien había quebrado todas las marcas alistando los motores de las motos de 500cc que por entonces llevaban doble árbol de levas a la cabeza. Y casualidad o no, Rafael se especializó en las levas…

En el año 1966 utilizamos la única computadora que había en el país —la tenía IBM-— para hacer un estudio de cinemática entre la leva y la válvula. Posteriormente, allá por el ’70 comenzamos a trabajar en Turismo Nacional,  donde la mayor parte de las piezas del motor debían ser originales porque estaban las terminales junto a la categoría. Y entre las pocas cosas que se podían tocar estaban las levas. Ahí me terminé de volcar por la preparación de estas piezas y ganamos un montón de títulos en las dos clases”, recordó en la charla con SoloTC

Balestrini en IAD.
A Balestrini siempre le gustó compartir sus conocimientos, incluso haciendo docencia en el IAD.

Fue así que el nombre de Balestrini comenzó a sonar fuerte en el ambiente y a través de Carlos Marincovich comenzó a trabajar en conjunto con la dupla Pedersoli-Wilke. “Empezaron a utilizar levas mías en el Chevrolet de Roberto Mouras, no así cuando éste comenzó a competir con Dodge. Pero seguí trabajando con ellos en las Chevy, y estuvimos juntos preparando el motor de Osvaldo Morresi.  Si hasta recuerdo que en la trompa del auto decía Balestrini. Ahí habíamos hecho una leva nueva y compartiendo el desarrollo junto con Omar”, dijo sobre su incursión en el mundo de la “máxima” donde luego se consolidaría de la mano de varios títulos en la década del ’90: dos con Oscar Aventin, uno con Walter Hernández, y la seguidilla con Juan María Traverso, ahí trabajando junto a Jorge Pedersoli… 

Pero luego vendría una década de abstinencia teceísta hasta volver a diseñar piezas que Fernando García experimenta desde hace unos años en los impulsores del equipo Mar y Sierras, donde participa Gabriel Ponce de León. “Me fui de la categoría por decisión propia. Ocurre que yo hacía muchos desarrollos pero venía alguien, me compraba la pieza, la copiaba y no aparecía nunca más. Además, se atribuían todos los merecimientos. Si quise hacer algo diferente o mejor, fue para quien yo quería, y eso no lo pude hacer por este tipo de cosas. Entonces así no servía”, reveló ante STC.

Rafael Balestrini en su taller de Villa
Urquiza.
Rafael Balestrini en uno de los 2 talleres que tenía en Villa Urquiza. (SoloTC/J. Marchesin)

Sin embargo nunca estuvo lo suficientemente lejos del TC como para no ser una fuente de consulta a la hora de hacer modificaciones reglamentarias hasta hace unos 15 años atrás. Hasta 2024 fue fuente de consulta de Horacio Soljan, director y motorista del Maquin Parts Racing, equipo que fundó Jorge Soljan, con quien Balestrini había forjado una amistad.

En aquella visita de este medio a su taller, le contó sobre el desarrollo de ingeniería que hizo en un motor V8 de cinco litros para Ford Motor Company Detroit, Estados Unidos, y mostró el área destinada al diseño de piezas y la fabricación de elementos de precisión, donde realizaba diferentes actividades fuera del ámbito de la competición e incluso de la motorización. “No soy un hombre con fama porque nunca me interesó eso. Yo me metí en mi mundo que es el que me apasiona. No soy de ir a los autódromos sino de estar trabajando aquí hasta los sábados por la noche. Sí me hice de prestigio con la gente para la que hemos trabajado”, concluyó Balestrini antes de despedirnos. Pero su bajo perfil no sirvió para esconder la silenciosa trascendencia que tuvo en el automovilismo nacional…

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