TC en San Nicolás: el día que la lluvia y la estrategia consagraron a Canapino
Repasamos la histórica consagración de Agustín Canapino en San Nicolás cuando la lluvia le devolvió las chances que había perdido en la pista.
El 9 de diciembre de 2018, Agustín Canapino (Chevrolet) se consagró campeón por 3ª vez en el Turismo Carretera. En esta nota repasamos la crónica de SoloTC de aquel domingo histórico en el que la lluvia y una buena estrategia en boxes le devolvieron las chances que había perdido unas horas antes.
Norberto Fontana subió al motorhome de Alberto Canapino para felicitarlo por el título recientemente obtenido. Ahí adentro se encontró con el cronista de SoloTC, lo miró y le dijo: “¿Viste cuánta razón tenía el Chueco Fangio cuando decía que las carreras no terminan hasta que se baja la bandera a cuadros? Esa frase está más vigente que nunca”.
Esa y otras frases encajarían perfecto para describir lo que se vivió el domingo 9 de diciembre de 2018 en San Nicolás. Fue una Final de locos, impensada, que rompió todos los pronósticos, ¡incluso hasta los del clima! Porque si bien es cierto que había probabilidades de lluvia, muy pocos previeron el diluvio que se desataría en la vuelta previa.
Suficiente para modificar radicalmente no solo el rumbo de la carrera, sino también del campeonato. Porque unos minutos antes estaba todo dado para que Matías Rossi (Ford), Facundo Ardusso (Torino) y Jonatan Castellano (Dodge), en ese orden, definieran quién se quedaba con la Copa de Oro. Pero los 3 tuvieron que entrar a boxes a colocar los neumáticos de lluvia, acción que lógicamente los obligó a remontar desde el fondo.
Ese golpe de escena revivió las chances de Canapino, que después del toque que había recibido de Manu Urcera (Chevrolet) en la 3ª serie, prácticamente se había convertido en un mero espectador de la definición. Agustín estaba decepcionado porque al menos esperaba despedirse del “1” peleando hasta el final en los puestos de vanguardia.
Así es que se encerró en el micro y empezó a revisar los radares para ver si al menos la lluvia le podía dar una posibilidad que, con piso seco, resultaba una quimera. Allí observó que una pequeña nube se acercaba desde Rosario (a unos 70 kilómetros del circuito) y podía descargar agua a las 13:20, 10 minutos después de la hora pautada para la largada.
Por eso habló con su papá y entre ambos decidieron esperar hasta último momento en los boxes para tomar la decisión. Finalmente le hicieron caso a los radares y apostaron por un setup de lluvia. “Perdido por perdido…”, pensaron. El retraso en el inicio de la carrera les hizo el primer guiño…
Porque mientras los máximos candidatos y gran parte del resto de los autos comenzaron a ingresar a boxes para colocar las gomas ancorizadas, y de ese modo el Chevrolet verdiblanco se acomodó en los primeros puestos. ¿Qué hubiera pasado si la carrera se largaba en el horario que correspondía?
Cuando se reordenaron todas las posiciones en el relanzamiento, Agustín estaba 4º en la carrera ¡y ya era el nuevo líder del torneo! Un suceso impensado minutos antes porque cuando salió a pista estaba 17,75 puntos abajo del líder del Rossi.
La carrera, que en los primeros giros dominó Nicolás Trosset (Dodge) y luego el Torino de Alan Ruggiero, tuvo poco para el análisis porque bajo esas condiciones lo importante estaba en saber si Canapino podía mantener la ventaja o si alguno de los otros candidatos lograba avanzar posiciones para torcer la historia.
Sobre el final, una dura fricción entre el líder de la carrera Ruggiero y su escolta Emanuel Moriatis (Ford) provocó el despiste del Mago, y Canapino logró avanzar hasta la 2ª posición. A esa altura, con menos de 3 vueltas por delante, lo único que necesitaba el arrecifeño era mantenerse en la pista para consagrarse por 2º año consecutivo.
Tres vueltas que le resultaron eternas, pero que le permitieron volver a saborear las mieles de una nueva gesta, de revertir una situación que parecía sentenciada, de volver a gritar campeón en el Turismo Carretera…